Santuario de Santa María de España en las proximidades de Sotiel Coronada. En su fiesta, durante la Edad Media se usaban los calderos que les prestaba la hermandad de San Vicente.
Puede que a algunos sorprenda el título de este artículo, por lo que antes de entrar en profundidad quizá debamos aclarar que no se trata de ninguna asociación de santas y santos ni de una relación de advocaciones traídas a saco casualmente. Nada de eso. En el caso que nos ocupa hay una relación concreta que no es otra que figurar mencionados en la donación nº 8 que realiza Bartolomé Rodríguez Pastor de Ureña en las antiguas reglas de la hermandad de San Vicente de 1425.
Pero antes de ver en que consiste esa donación veamos quiénes son o de dónde proceden la veneración que se tenía de ellas en nuestra comarca.
Sabemos que después de terminada la reconquista de toda esta zona en el siglo XIII, los monarcas castellanos promovieron la repoblación de este territorio por cristianos venidos del centro y norte `peninsular con dos fines, el primero ocupar los espacios dejados por los musulmanes que se marcharon, permitiendo así la explotación agropecuaria de la zona y segundo asentar una población de religión cristiana que oponer a la que hasta entonces había sido dominante y de esta manera fortalecer su dominio sobre las nuevas tierras incorporadas a su reino. Para ello concedieron grandes porciones de terreno, “las heredades”, a los que dejaban atrás sus lugares de origen para aventurarse en terrenos desconocidos. Pero esos nuevos habitantes no vinieron solos, se trajeron con ellos a sus familias y lo que es muy importante, en el caso que nos atañe, sus devociones. Y así fue como llegaron aquí las advocaciones que figuran en el título de este artículo.
En el caso de Nuestra Señora de la Coronada y Santa María de España, su culto fue traído en el siglo XIV por repobladores que se asentaron en la comarca sur del Andévalo, construyendo sus ermitas a escasos metros una de la otra. Durante siglos circuló la leyenda de que los devotos de Santa María de España enterraron entre sus muros los restos de un destacado líder cristiano, extremo que recientes investigaciones no han podido confirmar. La posesión de su santuario sirvió de disputa entre Calañas y Valverde durante los siglos XVII y XVIII hasta que finalmente en el XIX fue asignado a Calañas. Por otra parte, Nuestra Señora de la Coronada es hoy patrona de esta población.
En lo que se refiere a Santa Marina su culto procede de Galicia y fue una mártir del siglo II, junto con su hermana Librada o Liberata. La tradición cuenta que eran hijas de un gobernador romano que al fallecer su madre en el parto las entregó a una mujer que las educó en la fe cristiana. Pasado el tiempo tuvieron que comparecer ante su propio padre que les ofreció una vida de lujo a cambio de renunciar al cristianismo. Como no aceptaron fueron encarceladas, pero lograron huir, no obstante, mas tarde, a la edad de 15 años fueron decapitadas. Parece ser que su culto fue traído por caballeros de la Orden de Santiago que son los que lo establecieron en la comarca, concretamente en el pueblo de Cañaveral de León y, ¿quién sabe?, quizá también en el EL Villar. Probablemente su antigua ermita, como es sabido, no es la que hoy está en el centro de la aldea sino aproximadamente a un km al suroeste, donde aún pueden observarse restos de un pequeño santuario.
Santuario de Santa María de España en las proximidades de Sotiel Coronada. En su fiesta, durante la Edad Media se usaban los calderos que les prestaba la hermandad de San Vicente.
Todo ello nos deja dos conclusiones. La primera es que todas estas devociones estaban ya asentadas en la zona antes del siglo XV, la segunda es que aquellos primeros repobladores y sus descendientes mantuvieron durante siglos una estrecha relación independientemente de dónde se asentaran.
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